Acerca de

Cuando nacemos, aprendemos a ser humanos de forma pragmática. Aprendemos sobre la marcha todo lo que implica. Descubrimos lo bueno, lo malo, lo placentero y lo doloroso. Y lo vivimos sin ser conscientes de ello. ¿Que pasaría si tienes una segunda oportunidad de re-descubrir, o de volver aprender todo lo que implica la condición humana?

El nombre “Yo Humano”  hace alusión al título “Yo Robot” de Issac Asimov, donde una serie de robots viven momentos críticos donde reflexionan su propia condición y cuestionan lo que es la inteligencia artificial.

Para emular el pensamiento, se tiene que dar por sentado lo que este es, para poder partir de ahí y construir la inteligencia artificial. Un científico debería cuestionar que es “ser un humano”. Un niño lo aprende de forma empírica. Un robot lo cuestiona dentro de los límites con que ha sido configurado, por lo menos en el plano fantástico de Asimov.

Lo más sorprendente es que, el humano, no siempre reflexiona lo que implica serlo. Vive de forma automática, como si hubiese sido pre-configurado para ello. Y al final, el humano es una emulación imperfecta de si mismo.

 

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